Capítulo 8:

Cuarta parte de Orígenes

Adam, ya a pasado un día completo ya no doy más, descansemos por favor, además tu cuerpo, no debes esforzarte tanto es malo para tu salud.

Lo miré un momento y no lo reconocí, como ese no es Adam, parecía duro y seguro de si mismo, callado, nada quedaba de mi dulce Adam, tímido y tierno, necesitado de cariño y apoyo, solo en el mundo, débil, frágil. Después de un momento ya instalados en un lugar resguardado, amarrados los caballos, cerca de un fuego el cual nos daba abrigo en esa nuestra segunda noche, lo miré, estaba más alto, derecho ya no encorvado, su cuerpo parecía más desarrollado, sus ojos brillaban con un nuevo fuego, tenía músculos en sus brazos, su espalda, parecía otro, que había pasado en los días que estuve ausente.

Adam, no pareces tú, que pasó, Dios! estás herido, tienes sangre en la camisa.

No te preocupes mi amor, no es mi sangre, unos lobos me atacaron y tuve que defenderme, que pasa, estás preocupada de si podremos escapar, no debes temer, apenas lleguemos al próximo pueblo nos casaremos y él no podrá hacer nada_ dijo tomando su mano y besándola dulcemente , éste se parecía más a su Adam.

Han pasado tantas cosas, no quiero que te preocupes, ahora puedo protegerte y por favor no me preguntas más porque es todo lo que puedo decirte, todo lo hice por nosotros para estar juntos.

Luego la besó en la boca, como siempre había deseado besar la, siempre se habían conformado con castos besos en los labio apenas rozándolos , pero ahora...

Adam detente.

Que pasa no deseas que te bese?, no me amas?_ dijo él frustrado.

Si te amo es sólo que me da vergüenza_ dijo ella tapando se la cara con ambas manos, más que mal ella no tuvo quien le enseñara nada de eso, sin madre y con clases con el párroco.

No tengas vergüenza, te amo no voy a hacerte daño sólo quiero demostrarte cuanto te amo, además serás mi esposa, si quieres puedo esperar, pero quiero que sepas que todo lo que deseo es amarte. Dijo tratando de quitarle las manos de la cara y abrazarla nuevamente, buscando su mirada.

Adam, su Adam, es cierto ella lo amaba desde que había llegado, era tan dulce, luego su corazón le latía con fuerza cuando estaban untos y rozaban sus manos, lo extrañaba cuando no estaba con él, confiaba en él, la había ido a buscar, arriesgado su vida, nada debía temer de él, daría la vida por él, su calor, su olor todo la hacía vibrar, sería eso bueno, sino no se sentiría tan bien en sus brazos.

Si Adam, quiero estar contigo abrázame.

Él se levantó y tomó las mantas y las extendió frente al fuego, se sentaron sobre ellas, luego le tomó el rostro entre las manos, la miró a los ojos y la besó en los labios suavemente, le acarició la espalda dulcemente mientras la besaba cada vez con más intensidad, atento por si ella se sentía incómoda con algo de lo que hiciera, se quitó la camisa hacia calor esa noche, luego empezó a desabotonar el vestido de ella lentamente por si ella se arrepentía, pero ella no dijo nada sólo lo miraba con los ojos bien abiertos, nunca había visto a Adam sin camisa, ni a nadie, él la recostó cuando terminó de desvestir la, la tapó con otra manta y se quitó rápidamente lo que le quedaba puesto, cuando estaba desnudo se acercó a ella y la abrazó, le besó dulcemente la sien, despejando le el rostro, apartando el pelo acariciándolo, susurrándole palabras dulces y tranquilizadoras, acarició todo su cuerpo semi-infantil , aún desarrollándose, luego sus labios siguieron el camino trazado por sus dedos.

Tal vez te duela un poco, pero sólo será esta vez, lo prometo, tranquila confía en mi, eres lo más importante en mi vida por ti iría al infierno, besame_ dijo esto con la voz temblando de emoción, poniéndose sobre ella entre sus piernas, con un solo impulso doloroso se convirtieron en uno, se quedo quieto un momento, resistiendo el impulso de moverse, cuando vio que ella ya no se quejaba empezó a moverse despacio, besándola profundamente, el ritmo del amor se incrementó, más y más, más, cuando ya el tiempo y espacio perdieron los límites llegó el final, demasiado pronto siempre.

No sabía que sería así_ dijo jadeando Eva, abrazada fuertemente a Adam, como si temiera desaparecer, lloraba , hundiendo su rostro húmedo en el cuello del ahora su amante, estaba emocionada y perpleja, no habían palabras para decir lo que sentía, estaban ahora profundamente unidos de todas las formas posibles.

Para mi también a sido lo más intenso que he vivido, a sido maravilloso, porque fue contigo, eres el amor de mi vida, ahora más que nunca iría y volvería del infierno por ti.

Algo en sus palabras la conmovió profundamente y a la vez me hizo estremecer, lo dijo con tanta convicción .

No digas eso, tú sabes que yo haría lo mismo por ti, no podrías vivir sin ti, ahora abrázame quiero sentir tu corazón junto al mio, tu calor, quiero sentirme segura. Se abrazaba a él casi con desesperación, un desosiego se había apoderado de los dos, la oscuridad se cernía sobre ambos, se protegían uno al otro pero los cubría igual, un frío sumió sus corazones, el miedo...

Mientras sus perseguidores estaban cada vez más cerca, tenía un excelente cazador a su servicio, con una fama de infalible, Perro Santo, lo llamaban, perro por su olfato cazador y Santos era su apellido, nadie sabia su verdadero nombre, y a nadie le importaba. Era un negro alto fornido, el cual tenía una cicatriz en el ojo derecho, había sido criado junto a los indios, lamentablemente quien lo acogió fue un brujo, quien lo crió como animal, para escapar de él lo mató, de ahí decían estaba maldito, cazaba para reafirmar su existencia, más que por el dinero vivía para la caza, por eso no fallaba nunca.

Adam tenía sed de nuevo, suavemente deposito a su amada a un lado y la cubrió del frío, faltaba unas horas para el amanecer, debía buscar que comer, que ironía, beber era una mejor descripción. Luego de beber de un ciervo que había cazado, aún con sed, volvió al campamento, tenía un extraño presentimiento, corrió hasta Eva, un olor extraño lo perturbó.

Eva!!!_ gritó en su mente_espero estés bien, escuchaste demonio más vale que esté bien.

Cuando estaba por llegar, un grito le heló la sangre.

Adam!!!!

Eso has venir a tu amado para matarlo y poder irnos a casa sin preocuparnos porque nos sigan, dijo riendo uno de los hombres que iban con el Perro, por orden del terrateniente, ya que a él le gustaba ir solo, no hablaba casi nada, nadie sabía si era porque no sabía hablar o porque era parco con el idioma.

Basta, amarra la y sube la a la yegua baya, adelanta te, yo lo espero.

No había terminado de decir esto cuando Adam apareció, saltó de entre las sombras, sobre el tipo que había cogido a Eva, la tomó en sus brazos con una rapidez, que el tipo no se dio cuenta de nada y en ese estado siguió , estando inconsciente donde lo había llevado el golpe de Adam, arrastrado unos 100 metros de donde estaba junto a los caballos, iba a huir ya estaba de espaldas, cuando Perro arrojó un cuchillo para detenerlo, Eva gritó, Adam lo atrapó en el aire, perro lanzó un segundo cuchillo detrás de otro, Eva puso su brazo en el lugar del corazón, le atravesó limpiamente el ante brazo, un grito atravesó la noche, el amanecer llegaba y los fugitivos huían sobre uno de los caballos, entrando en la bruma, dejando tras ellos todo lo que habían traído, salvo el dinero que aún estaba en la alforja del único caballo que lograron salvar, corrían en busca de refugio huyendo hacia las colinas, en las cuevas estarían a salvo por ahora-.

Ya en una cueva, Adam logró hacer fuego, calentó el cuchillo que había logrado atrapar , con la hoja al rojo vivo se acercó a la herida.

Muerde este pedazo de brida, aguanta, es la única manera de cortar la hemorragia. Era una agonía doble ver a su amada sufriendo por su culpa por salvarlo y a la vez la vista de su sangre era un ansia difícil de contener, se mordió los labios tan fuerte que se hizo sangrar, lamia su propia sangre en vez de tranquilizarlo, lo alteraba más, no sabía si podría aguantar. Eva era tanto el dolor que no se daba cuenta de nada, además la perdida de sangre la daba sueño, se sentía débil, se desmayaría en cualquier momento, podía ver a Adam aproximarse a ella, cada vez más nublada su imagen en vez de que al acercarse se viera más nítido, la imagen se le hacia borrosa, oscuro, oscuro, un anima se acercaba a ella, lo oía jadear... luego todo fue oscuridad.